Llevaba años instalando aplicaciones como un loco hasta que descubrí que me estaba complicando la vida innecesariamente. Resulta que Google Chrome tenía la solución delante de mis narices desde el principio.
Como muchos, siempre he sido de los que buscan el mejor antivirus para proteger mis dispositivos y optimizar su rendimiento al máximo. Pero lo que no sabía es que Chrome también podía ayudarme a liberar espacio y recursos de una forma tan sencilla que me dio vergüenza no haberlo descubierto antes.
El descubrimiento que lo cambió todo
Mi problema era típico: tenía el móvil lleno de apps que apenas usaba pero que seguían ahí consumiendo espacio, memoria y batería. Apps de redes sociales, herramientas web, servicios que uso de vez en cuando... Y ahí estaba yo, descargando y borrando constantemente.
Hasta que un día, navegando por una web desde Chrome, me salió una notificación que decía algo así como "¿Añadir a pantalla de inicio?". Al principio pensé "menuda tontería", pero la curiosidad pudo conmigo. Y madre mía, qué descubrimiento.
Resulta que Chrome puede convertir prácticamente cualquier web en una aplicación que funciona como si fuera nativa. No es solo un acceso directo: es toda una experiencia independiente que se abre en su propia ventana, sin barras de navegación, sin pestañas... como una app de verdad.
Por qué funciona tan bien (y por qué no lo sabía)
La clave está en algo que Google llama PWA (Progressive Web Apps), aunque no hace falta saber las siglas para aprovecharlo. Muchas webs están preparadas para funcionar de esta manera, pero hasta que no las "instalas" como app, sigues accediendo a ellas de la forma tradicional.
Y aquí viene lo bueno: al convertir una web en app, no solo ahorras espacio (porque no descargas nada realmente), sino que muchas veces funcionan mejor que las propias aplicaciones nativas. Sin publicidad invasiva, sin notificaciones constantes, sin permisos raros... solo la funcionalidad que necesitas.
He probado esto con Twitter, Instagram, YouTube, servicios de trabajo, incluso con herramientas que uso esporádicamente. El resultado es siempre el mismo: una experiencia más limpia y directa.
Cómo convertir cualquier web en app paso a paso
El proceso es ridículamente sencillo, tanto que me da rabia no haberlo usado antes:
En Android (Chrome):
- Abre la web que quieres convertir en app desde Chrome
- Toca los tres puntos (menú) en la esquina superior derecha
- Selecciona "Añadir a pantalla de inicio"
- Personaliza el nombre si quieres (opcional)
- Confirma y listo
En iPhone (Safari):
- Navega a la web desde Safari
- Toca el botón de compartir (el cuadrado con flecha hacia arriba)
- Selecciona "Añadir a pantalla de inicio"
- Ajusta el nombre si es necesario
- Pulsa "Añadir"
En escritorio (Chrome):
- Abre la web en Chrome
- Haz clic en los tres puntos del menú
- Ve a "Más herramientas" > "Crear acceso directo"
- Marca "Abrir como ventana" para que funcione como app independiente
- Dale a "Crear"
Cuándo merece la pena (y cuándo no)
No todas las webs funcionan igual de bien como apps. He aprendido a identificar cuáles valen la pena:
Perfectas para convertir:
- Redes sociales (Twitter, Instagram, LinkedIn)
- Herramientas de trabajo (Notion, Trello, Slack web)
- Servicios de streaming (YouTube, Twitch)
- Webs que usas regularmente pero no tienen app nativa
Mejor mantener como app tradicional:
- Servicios que necesitan acceso profundo al sistema
- Apps con funciones de cámara complejas
- Juegos que requieren rendimiento máximo
El resultado: un móvil más ordenado y eficiente
Después de aplicar esta técnica durante meses, mi pantalla de inicio ha cambiado completamente. Tengo menos apps instaladas, pero accedo más rápido a todo lo que necesito. El móvil va más fluido, la batería dura más y, sinceramente, me siento más organizado.
Lo mejor de todo es que si una "web-app" no me convence, la borro y ya está. Sin desinstalaciones complicadas, sin restos de archivos... simplemente desaparece.
Google tenía razón: a veces la solución más elegante es la más simple. Y en este caso, estaba literalmente a tres toques de distancia.