Ya lo decía mi abuela; nadie da duros a pesetas. Pero algunas personas simplemente no aprenden, y piensan que les van a regalar dinero por nada. Veámoslo…
Imagina esto: suena tu móvil, número desconocido. Al otro lado, alguien te promete un trabajo increíble. Sueldazo, horario flexible, tareas sencillas. Solo necesitas escribir a un WhatsApp. ¡El trabajo de mi vida! Pues... no.
Es demasiado bonito para ser verdad, ¿no? Pues exactamente por eso deberías salir corriendo.
He estado investigando este fenómeno y la cosa tiene más miga de lo que parece. Los timadores no son tontos, han encontrado en WhatsApp y Telegram el escenario perfecto para sus timos. Y te voy a explicar por qué.
La mecánica del engaño: por qué eligen estas apps
Primero te contactan en Instagram, en Tinder, o incluso en Booking con un anuncio de piso falso. Todo normal hasta ahí. Pero de repente: "Oye, mejor hablamos por WhatsApp". Y ahí empieza el problema.
Muchos son los expertos que saben de esto más que nadie, y lo explican claramente: montar un perfil falso en Instagram lleva tiempo. Fotos, historias, seguidores... un rollo. Pero abrir una cuenta de WhatsApp es cuestión de segundos. Consigues un número virtual y listo.
El anonimato es brutal. El experto de ESET Josep Albors cuenta que estas personas usan números robados o compran SIMs que tiran a los pocos días. Cero rastro, cero problema para ellos. Y si les denuncias, ya han cambiado de número 3 veces.
Hay algo más que me parece clave: cuando saltas de Wallapop o Airbnb a WhatsApp, pierdes toda la protección. Esas plataformas tienen sistemas de pago que te cubren si hay fraude. En WhatsApp, estás solo frente al lobo.
Una vez en WhatsApp, adiós a cualquier protección. Es territorio comanche.
Las señales que gritan "esto es una estafa"
Después de analizar decenas de casos, hay patrones que se repiten siempre. La Comisión Federal de Comercio estadounidense registró pérdidas de 1.900 millones de dólares en 2024. ¡Mil novecientos millones!. Déjalo caer.
Las banderas rojas son estas:
- Ofertas que dan risa de lo buenas: 15.000 euros al mes por dar likes. En serio, ¿quién se lo cree?
- Te piden pasta para ganar pasta: "Deposita 200€ para desbloquear tus ganancias". Spoiler: no hay ganancias.
- Grupos de WhatsApp fantasma: Te meten en grupos con desconocidos donde "todos están ganando dinero". Todos son bots o cómplices.
- Criptomonedas siempre: Bitcoin, Ethereum... cualquier cosa menos transferencia normal (para que no haya rastro).
- Cero papeles oficiales: Ni contrato, ni nómina, ni nada que huela a empresa real.
Por cierto, un buen antivirus móvil puede salvarte de pinchar enlaces sospechosos.
Cuando hablas con una máquina sin saberlo
Aquí viene lo que más me ha llamado la atención investigando esto. Víctor Rabadan, arquitecto de sistemas, suelta la bomba:
Muchas veces ni siquiera hablas con una persona. Es un bot. Una máquina programada.
“No.. es que yo estoy seguro de que si hablo con un Bot me daría cuenta….” Bueno, no sé. A mi hace días me llamó un bot de Google para solicitarme que confirmase unos datos de una ficha de negocio de Google My Business, y me di cuenta de que era un BOT porque le hice una pregunta, y él mismo me dijo que no me podía responder, porque era un BOT. Si no a mi, ya me la colaba en un despiste.
WhatsApp y Telegram tienen APIs que permiten automatizar TODO. Respuestas, mensajes, seguimientos... todo. "La víctima cree estar negociando con alguien, pero es una máquina estafando automáticamente", dice Rabadan.
Y no son bots tontos, eh. Con inteligencia artificial pueden mantener conversaciones casi humanas. Te preguntan por tu experiencia, adaptan las respuestas, generan confianza. Mientras tanto, el estafador real está tumbado en su sofá viendo cómo el bot trabaja para él con cientos de víctimas simultáneamente.
Josep Albors confirma la tendencia: "Esto va en aumento porque les permite rentabilizar recursos brutalmente". Un bot puede gestionar conversaciones con 500 personas a la vez. Un humano, como mucho con 10.
He visto casos reales de supuestas ofertas de TikTok Business, Amazon, Spotify... marcas que todo el mundo conoce. Los bots simulan ser reclutadores oficiales, con logos, con lenguaje corporativo, con todo el atrezzo. Impresionante y aterrador a partes iguales.
Los bots con IA han industrializado el fraude. Ya no es artesanal, es una cadena de montaje.
Cómo protegerte bien contra estos timos
Vale, después de todo esto, ¿Qué haces? Porque saber que existen está bien, pero necesitas herramientas concretas.
- 1º Tu radar de “¿es una estafa?” debe activarse ante cualquier contacto laboral por WhatsApp. Ninguna empresa seria opera así. Punto. Si no has enviado tu CV, si no has hecho entrevistas, si no hay proceso formal, huele mal.
- 2º NUNCA pagues por trabajar. Esto debería estar tatuado en la frente de cada usuario de internet. Si te piden dinero para "activar tu cuenta", "completar niveles" o "desbloquear comisiones", sal de ahí inmediatamente.
- 3º Verifica TODO. Esa oferta de Amazon, ¿aparece en su web oficial? Ese reclutador de Spotify, ¿tiene perfil en LinkedIn corporativo? Dedica cinco minutos a contrastar. Cinco minutos que pueden salvarte cientos de euros.
- 4º Tus datos son oro. Códigos de verificación, números de tarjeta, fotos del DNI... nada de eso debe salir por WhatsApp hacia desconocidos. Jamás. Bajo ningún concepto.
- 5º Denuncia sin piedad. Tanto WhatsApp como Telegram tienen opciones para reportar spam y bloquear contactos. Úsalas. No solo te proteges tú, ayudas a proteger a otros.
- 6º Actualiza tu teléfono. Sistemas operativos obsoletos son puertas abiertas. Un móvil actualizado con protecciones activas puede detectar enlaces maliciosos antes de que pinches.
Al final, esto va de no ser ingenuo. Las estafas evolucionan, se adaptan, aprenden. Los timadores estudian comportamientos, psicología, tecnología. No son cuatro chavales en un garaje, son redes organizadas con herramientas profesionales.
Mantén el escepticismo sano. Si algo suena demasiado bueno, probablemente sea mentira. Y si alguien te presiona para moverte a WhatsApp "por comodidad", ya sabes lo que hay.
