Nos pasamos años obsesionados con crear contraseñas indescifrables y evitar redes WiFi públicas. Mientras tanto, miles de datos sensibles viajaban sin protección por el espacio, al alcance de cualquiera con una antena parabólica comprada en Amazon.
Un equipo de investigadores de las universidades de California y Maryland acaban de demostrar algo cuanto menos, aterrador: con menos de 690€ (800 dólares al cambio) en equipo básico, interceptaron comunicaciones privadas de operadores móviles, empresas e incluso del ejército. No hacía falta ser la NSA ni tener tecnología militar.
Bastaba con apuntar una parabólica al cielo, algo que suena más a juego de niños, que a hackeo real.
¿Cómo es posible que nadie lo detectara antes?
Durante 3 años, los investigadores montaron una simple antena en el tejado de un edificio universitario en San Diego. Su objetivo: escanear satélites geoestacionarios para comprobar qué información viajaba sin cifrar.
Lo que descubrieron superó sus peores expectativas. Aproximadamente la mitad de las señales satelitales analizadas transmitían información completamente desprotegida. Sin encriptación. Como dejar tu casa con la puerta abierta de par en par.
El equipo utilizado era ridículamente básico:
- Antena parabólica de 180 dólares.
- Motor para orientarla: 195 dólares.
- Tarjeta sintonizadora USB: 230 dólares.
- Componentes varios: menos de 200 dólares.
Total: 800 dólares. El precio de un smartphone de gama media/alta. Y con eso pudieron acceder a un océano de datos confidenciales.
La información capturada es alucinante
En solo 9 horas de escucha pasiva, los investigadores interceptaron los números telefónicos de más de 2.700 usuarios de T-Mobile, junto con el contenido completo de sus llamadas y mensajes de texto. Pero esto es solo la punta del iceberg.
También captaron comunicaciones de infraestructura crítica como plataformas petrolíferas, redes eléctricas y datos de pasajeros usando WiFi en vuelos comerciales. Lo más grave: información militar estadounidense y policial mexicana quedó totalmente expuesta, revelando ubicaciones de personal, movimientos de equipos y detalles de operaciones en curso.
Entre los datos interceptados también había:
- Correos internos y registros de inventario de Walmart México.
- Transmisiones hacia cajeros automáticos de Santander, Banorte y Banjército.
- Comunicaciones de VoIP de empresas y gobierno.
- Datos de geolocalización en tiempo real de fuerzas armadas.
Inciso de seguridad: Para protegerte de amenazas como esta y otras vulnerabilidades digitales, contar con el mejor antivirus es fundamental, aunque en este caso el problema va mucho más allá de lo que puede hacer un software de seguridad en tu ordenador.
¿Por qué las empresas dejaron todo sin cifrar?
La respuesta es tan simple como preocupante: Dinero. Ahorrarse dinero, más concretamente. Cifrar las comunicaciones satelitales implica costes adicionales que muchas empresas simplemente no quieren asumir.
Activar el cifrado de capa de enlace obliga a las compañías a pagar licencias extra a los operadores de terminales satelitales. Además, según declaró Panasonic a los investigadores, implementar cifrado podría reducir sus ingresos hasta un 30% debido al mayor consumo de ancho de banda.
Así que empresas, gobiernos y operadores militares decidieron ahorrar unos dólares... exponiendo datos sensibles de millones de personas.
La reacción de las empresas fue muy decepcionante
Cuando los investigadores comenzaron a notificar a las empresas afectadas en diciembre de 2024, esperaban una respuesta contundente. T-Mobile actuó rápido implementando cifrado en los enlaces vulnerables. Walmart México también tomó medidas correctivas.
Pero muchas otras compañías simplemente ignoraron las advertencias. En un 2º escaneo realizado en febrero de 2025, varios operadores seguían transmitiendo datos sin protección, como si nada hubiera pasado.
Matt Blaze, profesor de criptografía en Georgetown, advirtió: "De aquí a unas semanas, seguramente habrá cientos, quizá miles, de personas replicando este experimento". Y lo más preocupante: los investigadores sólo analizaron el 15% de los satélites visibles desde su posición. El problema real es mucho mayor.
No es ciencia ficción, es la realidad actual
Los investigadores titularon su estudio "Don't Look Up" (No mires hacia arriba), en referencia a la película donde nadie toma en serio una amenaza inminente. La metáfora es perfecta: llevamos décadas preocupándonos por hackers terrestres mientras el cielo estaba completamente desprotegido.
Cerca de 590 satélites geoestacionarios orbitan a casi 36.000 kilómetros de altura, transportando comunicaciones críticas para telecomunicaciones, vigilancia meteorológica y operaciones militares. Y una porción significativa de esa información viaja sin la más mínima protección.
La ciberseguridad espacial ya no es un tema de ciencia ficción. Es una necesidad urgente que gobiernos y empresas deben abordar antes de que sea demasiado tarde. Porque si unos investigadores con 690€ que les sobraban en el bolsillo pudieron hacer esto, imagina lo que pueden lograr actores maliciosos con más recursos y peores intenciones.